Nathan Greene: Diálogo con un artista adventista T. Lynn Caldwell
¿Cuándo supiste que querías ser un artista? Cuando tenía cuatro o cinco años me pasaba el tiempo dibujando. Cuando estaba en la escuela primaria sabía que quería ser o un artista o un médico. Mis padres me proveyeron clases privadas de arte por medio de mi maestra de primer grado, la señora Kistrom, que era una excelente artista. Ella me dio clases de dibujo y pintura una noche por semana durante dos años. Como siempre tuve interés en la medicina y la pintura, además del dibujo, también hacía modelos anatómicos. Incluso leí los viejos libros de enfermería de mi madre tratando de reproducir ilustraciones de diferentes huesos y cráneos. Una carrera en arte se puede considerar como una vocación no tradicional. ¿Qué te dirigió en tu elección y creó tu interés por el arte? Cuando Dios te da un talento, si este es lo suficientemente importante, no puedes menos que permitir que te guíe para elegir lo que has de hacer. Yo creo que si ignoras esos talentos básicos es probable que nunca podrás sentirte en paz o satisfecho con tu vida. Por supuesto, hay otras cosas que me gustaría hacer, pero creo que esto es lo que en realidad debo hacer. ¿Cuán importante fue la idea de tomar en cuenta a otros como ejemplo en las decisiones de tu carrera? Muy importante. He sido influenciado grandemente por Harry Anderson, uno de los artistas cristianos que ilustró las Bellas Historias de la Biblia. Un amigo me llevó a conocerlo cuando tenía 17 años. Inmediatamente sentí que era un hombre de Dios. Anderson es el tipo de persona que quieres imitar. En especial admiro su habilidad de pintar con el menor número de pinceladas posibles. También mis padres han sido una gran inspiración para mí por sus principios y convicciones. ¿Hay algún momento mágico en tu trabajo cuando dices: "Sí, por eso soy un artista"? Hay muchos momentos mágicos, así como también hay muchos momentos sin magia. Por ejemplo, en la pintura, "Jefe del Personal Médico" todo fluyó normalmente. A veces la pintura se desliza fácilmente. Otras veces me cuesta mucho pintar. No sé qué es lo que hace la diferencia. Quizás tenga algo que ver con la mezcla de experiencia, inspiración y motivación: todo unido en un punto. Por supuesto, nadie puede mantener un alto nivel de inspiración indefinidamente. Cuando estoy en medio de un trabajo puedo trabajar por 18 ó 20 horas. Hago esto en parte por la continuidad creativa y en parte por el tiempo limitado en que se secan las pinturas que uso. Sin embargo, cuando termino una obra generalmente descanso y paso tiempo con mi familia por varios días antes de comenzar otro proyecto. ¿Cuál es el tema de tu trabajo? No es difícil identificar el tema ahora. Pero, durante los primeros ocho o nueve años de mi carrera como artista hice muchos trabajos de diversa índole para mis clientes. Ahora estoy dedicado al arte cristiano, específicamente pintando a Cristo. Tengo la misma oportunidad que tienen tantos escritores, músicos y pastores cristianos, de representar el carácter de Dios a través del talento que tienen. Espero que en mi arte se trasunte la bondad, el amor y la compasión de Dios. Creo que cuando mostramos verdaderamente a Dios estamos ayudando en la gran controversia entre Cristo y Satanás. Eso es lo importante, ¿no es verdad? ¿Es Dios justo y digno de nuestra obediencia? Yo creo que sí, y estoy tratando a mi manera de contribuir para compartir ese mensaje. ¿Con qué te alimentas espiritualmente para definir tu estilo de trabajo? Uno de los grandes beneficios de ser adventista es el sábado. Dios nos dio el sábado porque sabía que íbamos a tratar de hacer demasiadas cosas en nuestra vida. También me inspiran personas como Mark Finley y Graham Maxwell. Escucho diversas grabaciones mientras trabajo. Cuando pintaba "Jefe del Personal Médico" escuché las grabaciones de la clase de escuela sabática de Graham Maxwell, de la Iglesia de la Universidad de Loma Linda. En ellas el Dr. Maxwell hablaba frecuentemente acerca de la responsabilidad del médico de dar testimonio del carácter de Dios a sus pacientes. ¿Cuáles son tus dificultades y desafíos? Creo que pintar a Cristo es uno de mis más grandes desafíos. Siento una gran presión al pintar a Cristo porque es una responsabilidad muy grande. En realidad, ¿quién sabe qué aspecto tiene Cristo? Me gustaría saberlo. Lo único que puedo hacer es basar mi diseño en la evidencia histórica que está a mi alcance. En comparación, otros modelos son más fáciles de pintar. Cuando pinté el retrato de Cristo para el programa televisivo "Escrito está", fue difícil. Me llevó 18 horas la primera vez que pinté el rostro de Cristo y no me gustó. Me desperté al día siguiente y borré todo; descansé ese día y comencé otra vez al siguiente. El otro rostro me llevó 20 horas, pero me quedé satisfecho. Cuando pinté las manos de Cristo, una de ellas la pinté tres veces y la otra dos. Siento la responsabilidad de realizar cada obra mejor que la anterior. Creo que nadie debe conformarse con un trabajo mediocre. Si buscas la excelencia, la encontrarás. ¿Qué es lo que hace a Nathan Greene una persona singular? Mi esposa, Patty, me ayuda mucho. Como casi todos los artistas, suelo olvidarme de algunas cosas y ella me recuerda lo que olvido. Patty contesta la mayor parte de la correspondencia y lleva todas las cuentas. Ella es mi mejor crítica. Aunque no fue entrenada como artista, Patty ha aprendido a comprender el trabajo que hago. Descubre cosas que yo no veo al estar tantas horas mirando la misma tela. Mi familia es muy importante para mí. No sería feliz sin ella. ¿Qué consejo darías a los artistas jóvenes o aquellos interesados en carreras de vocación creativa? La práctica es muy importante. Ser pintor es como ser músico. Si quieres ser un buen violinista debes practicar. Si quieres ser un gran violinista debes practicar aún más. Una sugerencia para los artistas jóvenes es que no imiten a otros, que pinten lo que les venga naturalmente. Me lo inculcó Harry Anderson. Creo que podemos aprender mucho al estudiar a otros. También los animo a que aprendan bien los fundamentos del arte, la parte técnica y la creatividad vendrá sola después. Esto es muy importante si deseas vivir de tu arte. ¿Tienes un plan para tu trabajo futuro? Me gustaría poder seguir haciendo lo que hago, ilustraciones cristianas. Espero poder mejorar con cada cuadro que pinto. Hubo un momento en que instituciones como la National Wildlife Federation y la National Geographic Society eran clientes con quienes yo quería trabajar. En ese tiempo consideraba que no era importante ilustrar publicaciones cristianas. No me percaté hasta hace poco que mi razonamiento estaba equivocado. Mi principal interés no debería ser ilustrar publicaciones prestigiosas, sino crear arte que refleje el carácter de Dios en forma positiva, lo cual puede tener consecuencias eternas. ¿Cómo se relaciona este criterio con tu trabajo reciente? Pienso en esto con mucha frecuencia al hacer ilustraciones de Cristo para mis clientes en el área de la salud. Cuando alguien llega al hospital está pasando por momentos difíciles en su vida. En ese momento seguramente estará más dispuesto a pensar en el significado de la vida y hacia qué rumbo se dirige. ¿Qué mejor oportunidad para tener un sermón en la pared? Por eso muchas veces comparo mi trabajo con el de un predicador. La diferencia es que uso una imagen pictórica en lugar de palabras. Muchos de los que van a un hospital quizás nunca pisen una iglesia, o escuchen un sermón, o ejerciten la fe. Para mí es emocionante pensar que alguien pueda ser influenciado positivamente por mi arte. Entrevistado por T. Lynn Caldwell. T. Lynn Caldwell enseña en el Departamento de Comunicaciones en la Universidad Andrews, Berrien Springs, Michigan, Estados Unidos. |
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