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Mary Atieno Ang’awa: Diálogo con una juez adventista en la corte superior de Kenia

 

Al igual que muchas señoritas adventistas, María Atieno Ang’awa anhelaba ser maestra. Era una amante del arte y de la música y quería compartir ese amor en un ambiente escolar. También amaba a los niños. Sin embargo, mientras cursaba el nivel A de sus estudios, un visitante dio una conferencia en su clase acerca del estudio de leyes y todo lo que un abogado puede hacer para servir a la comunidad y a la nación. El visitante, que era un abogado al servicio del estado, también hizo referencia al desafío que enfrentan las mujeres cuando tratan de estudiar leyes en Kenia. Al finalizar la conferencia se invitó a los estudiantes a llenar los formularios de admisión a la escuela de derecho. María envió su solicitud y resultó ser la única en ser admitida.

Esta fue la decisión que cambió el rumbo de su vida. Al cabo de pocos años se graduaba de la escuela de derecho en la Universidad de Nairobi. Luego, en junio de 1993, se le presentó una brillante oportunidad de servicio cuando el jefe de justicia de la Corte Superior de Kenia la acompañó a la Casa de Gobierno en ocasión de ser juramentada por el Presidente de Kenia para ocupar la posición de juez en la Corte Superior. Mary Ang’awa fue la cuarta mujer en recibir tal título en su país.

Previo a este honroso nombramiento, ya había servido en muchos otros cargos, entre ellos como abogada defensora, magistrada y miembro de dos comisiones de gobierno.
 

Juez Ang’awa, tenga la bondad de contarnos algo acerca de la historia de su vida.

Nací de una familia adventista en Mombasa, ciudad puerto de Kenia. Mi educación primaria la obtuve en la Escuela Preparatoria Adventista Maxwell en Nairobi, y mi educación secundaria y superior en escuelas públicas.

Como una juez mujer en una sección del mundo donde el dominio masculino es común, ¿cómo se siente usted?

No he tenido ningún problema en ese aspecto. Me refiero específicamente a la corte. Aquí soy una profesional y el poder judicial me acepta como una juez colega.

¿Cuáles son sus responsabilidades específicas?

Sirvo como una juez pedáneo, en otras palabras, en la Corte de Apelaciones, y como tal, me corresponde resolver todos los casos de apelación de las cortes inferiores. Otra de mis funciones es servir como una Corte Original. En casos de asesinato cuya condena es la pena de muerte o en casos de asuntos civiles que están bajo una jurisdicción limitada, puedo oficiar en cualquier asunto sobre cualquier tema dentro de Kenia.

A usted se la conoce como una juez seria, pragmática. Siendo juez y adventista a la vez, ¿enfrenta usted algunos desafíos especiales?

El tener a una persona adventista frente a mí en la corte para ser juzgada por motivo de una disputa que él o ella hayan tenido con alguien, posiblemente sea uno de esos desafíos. Yo creo que como cristianos, antes de todo, debemos llegar a un entendimiento para evitar que nuestros litigios lleguen ante la corte. ¿No es este el consejo dado por la Biblia y también por la iglesia? Creo que esa reconciliación debiera hacerse aun cuando el problema involucre a un adventista y a un no adventista. Sin embargo, cuando me doy cuenta que uno de los litigantes es mi hermano en la fe, generalmente refiero el caso a otra corte.

¿Tiene un adventista el derecho de venir a la corte en busca de una solución constitucional en asuntos tales como la observancia del sábado?

Desde luego que sí, porque este es un derecho fundamental. Desafortunadamente, nuestros miembros en Kenia no suelen acudir a la corte para defender su libertad religiosa. Prefieren ser despedidos de su trabajo antes de trabajar en sábado. Pero la corte está allí para el pueblo. En 1993, por ejemplo, un grupo de señoritas adventistas fueron expulsadas de su colegio porque se negaron a asistir a las clases en sábado. La Asociación Defensora Adventista entró en acción y uno de sus defensores llevó el asunto a la corte. Eventualmente las señoritas fueron reintegradas a su colegio.

Como juez, ¿encuentra usted satisfacción en su trabajo?

Siento una gran satisfacción en mi trabajo cuando llegan dos personas ante mí disputando y luego regresan a sus casas satisfechas con la decisión de la corte. Es claro que a veces se pierde, pues nos encontramos dentro de un sistema adversario en el que alguien tiene que perder. Pero al ver a la gente salir satisfecha y comentar: “Por lo menos tuve un juicio justo”, es una causa de gran satisfacción para mí.

¿Cuán importante es la iglesia en su vida?

Tal vez la pregunta debiera ser: “¿Cuán importante es Dios para usted?” En mi vida Dios ocupa el primer lugar. Aunque asistí a la escuela Adventista Maxwell en Nairobi, no entregué mi vida a Cristo hasta más tarde. Mi padre falleció cuando yo todavía era una adolescente. Esta experiencia fue terrible para mí, y mi primera reacción fue rechazar a Cristo. Más tarde descubrí que no había otro lugar adonde ir, sino a Jesús, de manera que antes de viajar hacia la universidad acepté al Señor y me bauticé. La experiencia universitaria fue muy buena porque me enseñó a gozar de libertad y al mismo tiempo de tener que rendir cuentas. El ministerio adventista me proporcionó alimento espiritual y fuerza. Cuando uno vive en campus seculares disfruta más de la bendición de los servicios de los viernes de noche y de los sábados.

¿Cuán viva es su experiencia con Dios?

A través de toda mi vida he experimentado la maravillosa dirección de Dios. Yo sé que él guarda mis pasos cuidadosamente. Mientras cursaba mis estudios en la escuela de derecho pude ver cómo Dios me permitió aprobar los exámenes a pesar de no haber asistido a clases los sábados. Desde entonces hice la promesa al Señor que confiaría en él plenamente. También he experimentado su dirección en mi vida profesional. El me concedió oportunidades para desarrollarme profesionalmente y servir una y otra vez.

¿Puede decirnos algo en cuanto al papel que usted desempeña en la iglesia?

Siempre he estado muy ocupada en las actividades de la iglesia, especialmente en el Departamento de Escuela Sabática, en el club de Conquistadores y en algunos proyectos de construcción de edificios de iglesia. Recientemente ayudé en el inicio de la Asociación de Abogados Adventistas en Kenia. Actualmente estamos tratando de coordinar el programa de Servicios de Fideicomiso para la Unión del Oriente de Africa. Continúo enseñando una clase de escuela sabática en mi iglesia local.

La participación en las actividades de la iglesia es muy importante para mí. Yo la comparo con la leña que se está quemando en una hoguera. Tome un trozo de leña que se ha estado quemando y póngalo a un lado. ¿Qué sucede? Se apaga, aunque la llama en la hoguera siga ardiendo. De igual manera, para mantenernos vivos y ardientes es necesario participar en las actividades de la iglesia.

Por naturaleza soy una persona muy reservada. Soy soltera y además, profesionalmente, estoy obligada a no mezclarme con litigantes, lo que hace que mi vida en la iglesia sea aún más importante para mí.

¿Tiene usted tiempo para otras actividades?

Pertenezco a varias organizaciones profesionales y en la actualidad estoy ocupada en la formación de una Asociación de Laicos Adventistas, con el fin de coordinar a los miembros laicos en una participación total en las actividades de la iglesia. También soy fundadora-directora de SANAGA, una organización no gubernamental de ayuda a los pobres, particularmente a mujeres y niños.

Al principio de nuestra conversación usted mencionó el apoyo que recibió de parte del ministerio adventista en colegios y universidades seculares cuando era estudiante. ¿Cómo marcha este programa actualmente en Kenia?

Cuando yo realizaba estudios superiores, durante la década de 1970, el programa de ministerios en las universidades públicas era muy reducido. Había solamente una universidad en Kenia, la de Nairobi, con solamente unos pocos estudiantes adventistas. Hoy se calcula que hay entre 2.500 a 3.000 adventistas estudiando en las cinco universidades públicas en sus 15 planteles respectivos. Más o menos unos 1.500 de éstos participan en actividades patrocinadas por nuestro programa de ministerio en planteles seculares, el cual está dirigido por dos capellanes de tiempo completo. En vista de que nuestra iglesia no tiene en funcionamiento suficientes colegios secundarios para nuestros jóvenes, existe un programa a cargo de ocho capellanes orientado hacia los estudiantes que se educan en tales instituciones. Creo que la iglesia debe continuar con la atención y el cuidado de nuestros estudiantes que asisten a instituciones públicas y debe proporcionar los presupuestos adecuados para fortalecer este importante ministerio.

¿Qué nos puede decir acerca de la Iglesia Adventista en Kenia?

Durante los últimos dos años he tenido la buena fortuna de residir en Nyori, un pueblo rural al pie del Monte Kenia. Hay muchas iglesias pequeñas en esta zona. ¡Qué maravilloso es ver a los hermanos encendidos con fuego santo para el Señor! Quiero citar un ejemplo. Un buen número de jóvenes ha abandonado su trabajo profesional para dedicarse a la obra como ministros de la página impresa. Aparte de vender libros religiosos y de medicina, estos jóvenes se han organizado en grupos evangelísticos y están predicando a Cristo a la gente de esta zona. Como resultado se están estableciendo iglesias nuevas en territorios no penetrados. Muchos de nuestros miembros de iglesia han dado de su tiempo y de sus escasos recursos para asegurar que se continúe proclamando el evangelio. Aunque el espíritu de sacrificio de parte de nuestra hermandad es loable, hay ocasiones en las cuales se hace difícil llevar a cabo la obra por la carencia de fondos.

La feligresía actual de la iglesia en Kenia asciende a más de 400.000, lo cual convierte a la Unión del Oriente de Africa en la más grande del mundo. No obstante, todavía hay muchas mujeres y hombres sinceros que deben conocer al Señor. Esto se logrará con la bendición de Dios, a medida que los obreros de la iglesia y los miembros laicos se unan para marchar juntos hacia adelante.

Entrevista por W. Ray Ricketts. W. Ray Ricketts es director de ministerios en instituciones educativas públicas de la Unión del Oriente de Africa. Sirve a estudiantes adventistas en universidades públicas de Kenia. La dirección de la Juez Ang’awa es: c/o Pastor W. Ray Ricketts, Apartado Postal 42276; Nairobi; Kenia.


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