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Manuel Escorcio: Diálogo con un cantante sudafricano internacional

Manuel, un estudiante de primer año en el Colegio Helderberg de Sudáfrica, estaba cantando bajo la ducha. El director del internado buscó el origen de esa melodía que había comenzado a escuchar desde los pasillos. Luego le sugirió a Manuel que se uniera al coro y acrecentara su talento tomando lecciones de canto. Desde ese día hasta hoy, Manuel Escorcio no ha dejado de cantar.

Escorcio es una verdadera leyenda en Sudáfríca, donde como principal tenor residente en la Opera de la Ciudad del Cabo, cantó en más de cuarenta producciones, desde La Flauta Mágica de Mozart, hasta El Barbero de Sevilla de Donizetti y El Príncipe Estudiante de Lehar. Sus entusiastas admiradores lo votaron dos veces como "el cantante más popular" en 1986 y 1990. Tres de sus 27 grabaciones han alcanzado el nivel de "disco de oro" y una llegó al de platino.

Su disco compacto Sinfonía de Alabanza ganó el premio al "mejor CD evangélico" en 1996.

Escorcio se graduó del Colegio Helderberg en 1972, obteniendo un diploma en teología. Aun cuando había planeado servir como pastor de iglesia, su talento musical lo llevó a abandonar ese propósito para entrar en el excitante mundo de la interpretación musical pública. Completó su nivel musical superior en la Universidad de Stellenbosh en 1976 y posteriormente estudió bajo la dirección de talentosos mentores en Sudáfríca e Inglaterra.

Escorcio obtuvo su maestría en música en 1982 en la Universidad de Ciudad del Cabo. Su tesis , "Paralelismos y analogías entre el género operístico y el género dramático en el teatro de Shakespeare", describe la dirección que su vida había tomado desde aquella ducha musical en Helderberg. Los premios y éxitos se multiplicaron. El gobierno portugués lo distinguió con el título de "Comendador de la Orden del Príncipe Enrique el Navegante". En Saliburgo, Austria, ganó el premio como el"mejor cantante" de la Academia de Música. Y su tierra natal lo laureó como la "Personalidad más popular de las artes interpretativas".

Entonces, en 1992, confrontando un sentimiento de vacío personal, Manuel Escorcio retomó a sus raíces religiosas. "Yo quería hacer algo más positivo que sólo una actuación centrada exclusivamente en mí mismo", dice. "Yo quería servir a Dios plenamente".
 

Usted fue una muy exitosa estrella de ópera; ahora se dedica a interpretar música cristiana. ¿Cuál es la diferencia y cómo se siente con el cambio?

Como estrella de la ópera yo estaba en eso solamente para mí mismo. Para "sacar un gran sonido" y para que la gente pudiera ver cuan bueno era. Mi experiencia vocal entera estaba dirigida hacia la proeza vocal, a fin de demostrar lo que yo era capaz de hacer. Quería el aplauso para mí y deseaba ofrecer el mayor número posible de reverencias como solista de

ópera. Ahora, en cambio, aunque siento
que todavía necesito alcanzar mayor excelencia y virtud, mi principal interés se centra en el mensaje en lugar de la técnica vocal. Yo no estoy en esto para cantar más o menos que el muchacho de al lado. Mi música se ha vuelto dependiente del mensaje de Dios. Me he transformado en un vehículo suyo, en una voz imbuida por el Espíritu Santo. Y lo mejor de todo, ¡nunca he sido más feliz!

¿Por qué eligió cambiar?

Estaba cansado del mundo vacío, confrontativo y lleno de orgullo de la ópera. Es un lugar muy solitario. Siempre hay una docena de cantantes esperando el momento cuando a uno le falle la voz. Uno está solo en un lugar donde nadie va a dar un paso para ayudarlo. La ópera es también un mundo inestable y volátil donde cada departamento está vacío de Cristo y lleno de superficialidad. Yo lo tenía todo: dinero, fama, halagos, pero así y todo no tenía nada. Me sentía miserable.

¿Siente nostalgias por la música operística?

No. Yo no puedo volver a eso nunca más. No puedo desde que el Espíritu Santo me habló en 1990. Un amigo cristiano llegó hasta mí, en uno de esos momentos especiales de necesidad, y me urgió a enfrentar el estado de mi conexión espiritual. Recuerde, yo estudié ópera durante trece años. Había cumplido compromisos en sábado y muchas cosas más. El me mostró que era tiempo de volver.

Usted abandonó un trabajo de alto reconocimiento y de muy buena retribución cuando renunció como principal tenor residente de la Opera de la Ciudad del Cabo. ¿Qué pasó en su carrera desde entonces?

Yo estoy en una aventura con Dios y mi vida está a su servicio. Ocasionalmente canto alguna música clásica ligera y vendo piezas de arte de artistas que valoro, como una manera de asegurar entradas para sostener mi ministerio. Imagínese cuan especial es esto: recibo una invitación de un amigo o conocido que gusta de la buena música y las obras de arte. Entonces, cargo mi camioneta Volkswagen con objetos de arte, un sistema de sonido estéreo, cintas de acompañamiento musical grabadas y una caja de CDs, y me dirijo a su casa para pasar una velada de música y evangelización. Mi trabajo esa noche es compartir mi gran amigo Jesús con mis nuevos amigos en ese hogar. Muchas veces vienen entre 60 y 70 vecinos a comprar cuadros, hacer vida social y escuchar buena música. ¿Y yo? ¡Yo estoy allí para dar mi testimonio!

¿Qué lo llevó a agregar la venta de objetos de arte a la música en esos eventos sociales?

Descubrí que las obras de arte de calidad ofrecían una oportunidad perfecta para hablar de Dios. De alguna manera he podido acertar en qué es lo que la gente está buscando y así es como se ponen en contacto conmigo pidiendo estilos específicos de arte original. Ubico lo que desean, se los llevo a las exhibiciones y entonces hablo con ellos honestamente. Para mí, la primera manera de expresarme sobre Dios es ser un vendedor de arte honesto; un cristiano con ética comercial cristiana. Invariablemente, junto con el arte, les doy un cassete evangélico o un disco compacto. A menudo, les hablo extensamente y con entusiasmo sobre mis principios cristianos y explico cómo Dios quiere ser parte de sus vidas.

¿Qué es lo que hace efectivo este ministerio personal?

La gente confía en mí. Uno nunca podría dar un estudio bíblico sin conectarse primeramente con la gente. Hágalos sus amigos. Muéstreles que pueden confiar en usted. No use su Biblia como un antióxido para eliminar la oposición y probar que la verdad es suya. Más bien, use la Biblia para compartir el amor de Cristo con ellos y hacerlos sus amigos. Hable sobre Jesús y haga énfasis sobre los puntos que nos conectan como cristianos.

Su personalidad es una combinación de energía y emoción. ¿Cómo se mantiene "prodigándose" de esa manera día tras día?

Trato de estar en buen estado físico. Troto de tres a cuatro veces por semana y me alimento saludablemente para mantener elevado mi nivel de energía. Camino solo en medio de la naturaleza, escucho buena música, leo grandes obras y me deleito en el amor de Dios. El dar solamente puede ocurrir en proporción con la energía que tengo. Yo doy no sólo un acto operístico, sino que ofrezco una verdadera dádiva, compartiendo, comunicando, confortando, animando, y construyendo el cuerpo de Cristo. Como ve, para mí ya no existe más algo así como un auditorio con público. Ellos son ahora mis amigos y es mi tarea "romper la burbuja" para llegar derecho a sus corazones. En un momento reímos y al siguiente minuto lloramos. Todo el tiempo estoy yendo directamente desde mi corazón hasta el de ellos. ¡Esto es extenuante! Y es la actividad más energética que hago. Hay otra cosa: la entrega viene de Dios, no de mí. Lo que él me da a mí yo lo paso a otro. No podría mejorarlo.

¿Cuál es su mayor esperanza?

Escuchar los relatos de triunfo de la gente que cayó alguna vez: borrachos, el asesino de policías, aquellos que vienen de las profundidades y están ahora experimentando el milagro de la gracia; recordar con frecuencia que esa gracia no es una teoría sino algo real Yo deseo ser un pequeño instrumento en la rueda de la vida de Dios, para que cuando Dios derrame el aceite del Espíritu Santo sobre mí, esa rueda ¡vuele!

¿Qué consejo daría usted concerniente al uso de la música en la iglesia?

Debemos usar música que llegue a los corazones de los niños. Me encanta el órgano clásico y la música "poderosa" para el culto de adoración en la iglesia. Pero, Dios es como mi padre. El tiene muchas y diferentes facetas. En ocasiones, es un juez. En otras, es maestro, amigo, oyente y más. No debemos invertir toda nuestra energía para retratarlo como el juez severo de largos cabellos. ¡Debemos mostrarlo como quien tiene una vida llena de alegría! Imagínese, el hace hipopótamos obesos y amables y la entera hueste de ángeles prorrumpe en una carcajada. Entonces, crea jirafas y la entera hueste angelical canta poderosamente al verlas. Dios nunca está aburrido. Siempre está variando y confrontando desafíos, y nuestra música debe mostrarlo como él es. Tenemos que poner a un lado nuestros preconceptos y hacer música que lleve a los niños a Cristo. Cuando alcanzamos a los niños, alcanzamos el futuro.

¿ Qué consejo les daría a los jóvenes cristianos que tienen gran talento musical?

Cuatro cosas: 1) No permitan que la crítica severa los desanime al tratar de alcanzar lo que Dios les pide hacer. 2) Mientras sientan y desarrollen su música, idioma, lenguaje, estilo, háganlo con la ayuda de Dios. Su puro, sincero, honesto amor, lleno de gracia, correrá hacia ustedes, mucho más allá de lo que ustedes puedan intentar huir. No acepten un Jesús barato; más bien deleítense en la riqueza de su don y compártanlo con alegría. 3) Nunca abandonen a Jesús por lo que alguna otra persona les haya hecho o dicho. 4) No olviden lo fundamental. Ser especial significa ser diferente desde dentro, en actitudes y decisiones. La diferencia de ustedes es la diferencia de la gracia. Concéntrense en ella.

Entrevista de Dick Duerksen. Dick Duerksen es director de desarrollo espiritual del Hospital Florida, Orlando, Florida, E. U. A. La dirección postal de Manuel Escorcio es: P. O. Box 565, Newlands 0081, Pretoria, Jauteng, South África. Dirección electrónica: M_escorcio@hotmail.com Álbumes religiosos disponibles: Symphony of praise, I'd rather have Jesus, I'll walk with God, My favorite hymns, I have returned, Irresistible Jesus. Albums seculares: Simplemente clásicos, La voz del tenor. Amor y romance. Para obtener mayor información, dirigirse a: Manuel Escórelo, c/o Debi Austin, 805 Evergreen Drive, Lodi, California 95242, E. U. A., teléfono 209-339-0317.


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