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¿Adelantados a su tiempo? La Reforma religiosa del siglo XV en Rusia

Busca en una enciclopedia. Pregúntale a un estudiante de historia. Habla con un pastor. La palabra Reforma mencionará el movimiento religioso del siglo XVI que desafió a la Iglesia Católica Romana en Europa. Lutero, Calvino y Zwinglio son los nombres que emergen como su vanguardia. Pero casi un siglo antes, Rusia tuvo su propia reforma que rara vez recibió la atención que merece. También ella produjo hombres y mujeres valientes, que estuvieron de parte de la verdad bíblica sin desmayar, a pesar de las piras que intentaron consumir esos fanales de renovación religiosa. Este movimiento significativo tuvo el potencial de cambiar no sólo la historia rusa sino también la situación religiosa en occidente.

Los comienzos

La Reforma rusa comenzó con el movimiento de Novgorod -Moscú, una corriente intelectual y religiosa que floreció en dichas ciudades. Es difícil precisar su fecha de origen. El historiador ruso Servitsky afirma: “Hemos tratado de encontrar... de dónde procedió esta herejía... Considerando cuidadosamente todas las fuentes, llegamos a la conclusión de que no hay un comienzo claro de la misma”.1 Refiriéndose a estos “herejes”, otro historiador —A. I. Klibanov— dice que ellos “aparecieron aun antes de los siglos XIII y XIV”.2 Por cuanto su teología estaba arraigada en la Biblia, el movimiento no se vio afectado por el cristianismo bizantino. Como los adherentes del movimiento no fueron demasiado numerosos, su actividad continuó ardiendo calladamente a través de los siglos, para avivarse y alcanzar su magnitud en el siglo XIV.

El siglo XV fue un período de transición en Rusia, en el que una nación dividida forjó una monarquía absolutista centralizada. Este proceso, más el surgimiento de nuevas clases sociales y nuevas maneras de pensar, llegó a ser un suelo fértil para el desarrollo de un movimiento religioso semejante al protestante. El movimiento tuvo apoyo desde dentro de la familia real, incluyendo a Dimitry, el primer zar coronado, e involucró a muchos miembros de la nobleza, del clero, y a miles de otras personas. A diferencia de la Reforma europea occidental, cuyo terreno fue preparado por las ideas seculares del Renacimiento, la Reforma rusa estuvo basada más bien en el estudio de la Biblia y en la reflexión. En Rusia, la Biblia no fue ocultada de la gente como ocurrió en los países católicos. Por los escritos de Iván Cherny (?-1505) y de los hermanos Iván (la década de 1440?-1504) y Feodor Kurizin (1440?-1504?) —los principales teólogos del movimiento de la Reforma— es claro que los principios de fe, del estilo de vida y de las enseñanzas de los sabatarios dentro del movimiento de Novgorod-Moscú, estaban firmemente basados en la Biblia. Este interés en las Escrituras floreció porque el común del pueblo tenía fácil acceso a la Biblia. Ya en el siglo XI algunas partes de la Biblia habían sido traducidas a la lengua popular y por 1581 los rusos tenían impresa la Biblia completa.3

Durante los años del Metropolitano Felipe de Moscú (ca. 1470) —que era el obispo de la Iglesia Ortodoxa Oriental en esa región— los sabatarios ya tenían un sistema establecido de doctrinas y enseñanzas.4 El centro para el desarrollo de su teología fue Novgorod —la ciudad más independiente y libre de Rusia en esa época—. Debido a su forma republicana de gobierno, la ciudad tenía relaciones estrechas con Europa occidental así como con otras partes de Rusia.5 También es posible que las enseñanzas de los sabatarios fueron influenciadas por una “herejía” anterior semejante al protestantismo en Rusia, el de los Strigol’niki, que involucró a laicos que promovían reformas en la iglesia.6 Pero la influencia de los Strigol’niki sobre los sabatarios fue limitada al libre intercambio de ideas y un compromiso con el estudio de la Biblia, ya que aquéllos estaban involucrados más bien con reformas sociales, mientras estos últimos encarnaban una reforma teológica radical.7

Uno de los factores que animaron el movimiento sabatario en aquella época fue la influencia externa sobre varias ciudades rusas. La segunda mitad del siglo XV encontró una Rusia más centralizada que miraba en forma creciente hacia afuera, y se involucraba en actividades internacionales. En consecuencia, algunas ideas occidentales sobre arquitectura, en las profesiones que requerían habilidad, la lectura, la moda, el libre pensamiento y la religión ejercieron su impacto en Rusia. Además, la influencia de los movimientos religiosos de los husitas y los taboritas de Bohemia tuvieron su efecto en el desarrollo de los sabatarianos. Las estrechas conexiones entre Bohemia y Polonia, como también los lazos educativos y culturales de los estudiantes polacos en las universidades checas, hicieron posible que estos llevaran a su tierra nuevas ideas religiosas, que también tuvieron su impacto en Rusia. En realidad, las ideas husitas en cierto momento fueron tan fuertes en Polonia que se promulgó un edicto en el país, exigiendo que la gente dejara de viajar a Bohemia y cesara de leer literatura bohemia.8

La atracción popular

Hacia mediados del siglo XV, un grupo numeroso de clérigos rusos ortodoxos en Novgorod apoyaron y promovieron el movimiento de la Reforma. Algunos de ellos muy prominentes, como los sacerdotes Dionisio y Aleksei, llegaron a ser las voces directoras de la Reforma en Novgorod.9 Por ese tiempo, el Zar Iván III, el primer zar de facto de Rusia, visitó Novgorod y quedó impresionado por los logros intelectuales y el estilo de vida sencillo de su clero, a diferencia del clero de otros lugares. En realidad, invitó a estos dos sacerdotes a Moscú y los designó arzobispos de las catedrales Uspensky y Arcangelsky en el Kremlin, dos puestos claves de influencia política y religiosa en el país.

En esta época muchos clérigos de Moscú eran seguidores manifiestos del movimiento de Reforma. Algunos comentadores afirman que hasta el mismo Metropolitano de Moscú, Zósimo, practicaba algunas de las creencias de la Reforma.

Probablemente el teólogo más destacado del movimiento de Novgorod-Moscú fue Feodor Kurizin (1440?-1504?), un diplomático ruso que viajó extensamente por Europa y que vivió durante tres años en la corte del rey transilvano Matías I Corvino (1443-1490). Kurizin ocupó un puesto clave en el gobierno de Rusia —el equivalente actual del Ministro de Asuntos Extranjeros y Primer Consejero del zar— e hizo mucho en favor del país. Hablaba latín, italiano, tártaro, lituano y polaco, y desempeñó un papel clave en el derrocamiento pacífico de la dominación tártaro-mongólica en 1481. Gracias a él, Rusia pudo mantener conexiones con el mundo occidental. La estadía de Kurizin en la corte del rey Matías ocurrió poco después de las actividades de los husitas y taboritas en Bohemia, cuando el gobierno y el pueblo lucharon juntos contra el poder incontrolado de la iglesia. Es bien posible que Kurizin, que era el consejero del zar para asuntos extranjeros e internos, también influyó sobre él en asuntos religiosos. Tal deducción es sostenible al tomar en cuenta que el Zar Iván III sostenía algunas de las creencias de la Reforma, tales como la no inmortalidad del alma. Además, algunos miembros íntimos de la familia del zar eran reformadores. Por ejemplo, Helen, la nuera del zar (muerta en 1505) siguió las enseñanzas de los sabatarios y le enseñó a su hijo, Dimitry, sus creencias. Ella era hija del príncipe Esteban (1435-1504) de Moldavia, quien recibió refugiados protestantes de Bohemia en la década de 1480. Entre otros líderes y seguidores de los reformadores se encontraban Iván Cherny, Semion Klepov, Iván Maksimov, Dimitry Pustoselov, y otros, quienes se hallaban entre las personas más educadas de la Rusia de su tiempo.10

El movimiento de Reforma encontró apoyo tanto en las clases altas como en las bajas. Volozky, el principal opositor del movimiento de Novgorod-Moscú de esa época, escribió con amargura que en cada ciudad la gente conversaba acerca de la fe reformada, en todo lugar posible.11 En la ciudad de Pskov, por ejemplo, discutían el dogma y las tradiciones de la iglesia cuando se reunían en la veche12 para otros asuntos seculares.13 Gennady Gonozov, otro destacado opositor de este movimiento y el fundador de la Inquisición Rusa, escribió en una carta al obispo Prohor Sarsky que “la tentación, aquí, se esparce no sólo en las ciudades, sino también en las aldeas”.

Es obvio, entonces, que el movimiento de Reforma en Rusia estaba ampliamente difundido y afectó a todas las clases sociales, incluyendo a la gente común, al clero, a los obreros del gobierno, a los nobles y aun a la familia del zar. Pero, ¿qué enseñaba el movimiento?

Las doctrinas

Aunque pueden haber existido ciertas diferencias y desviaciones entre los que proponían el movimiento, que condujeron al clero ortodoxo ruso a llamar “judaizantes” a los reformadores, tales diferencias no deberían distraer nuestra atención de las enseñanzas centrales del movimiento de Reforma. Este núcleo central se puede observar fácilmente en las publicaciones religiosas de la época. Una lectura de esta literatura proporciona el siguiente resumen de la teología y las enseñanzas del movimiento de Reforma:

  1. Las Sagradas Escrituras son la autoridad máxima para el creyente, y están por encima de las tradiciones de la iglesia. La observancia del sábado y de la Cena del Señor y otras creencias similares se deducen directamente de esta creencia suprema.
  2. El monasticismo, los íconos, las santas reliquias, y otras tradiciones no halladas en la Biblia son invenciones de los sacerdotes y no deberían ser seguidas o veneradas.
  3. La Biblia es la guía histórica y profética que une el pasado, el presente y el futuro.
  4. El cristiano debería orar a Dios sin mediadores humanos como sacerdotes o santos. Las Escrituras pueden ser comprendidas y explicadas sin la ayuda del clero.
  5. Los creyentes deberían guardar toda la ley de Dios (el Decálogo), incluyendo el sábado.
  6. La muerte de Cristo fue el sacrificio expiatorio por los pecados de la humanidad.
  7. Los seres humanos son criaturas monistas y no dualistas. No hay tal cosa como la supervivencia de un alma fuera del cuerpo; el alma no es inmortal.
  8. Cada persona es libre para elegir y practicar lo que cree. La libertad de conciencia es vital en la fe y práctica religiosas.
  9. La verdadera religión y la ciencia no están en oposición mutua.

Mientras el Renacimiento europeo elevaba al humanismo y en consecuencia ponía la racionalidad humana por sobre todo lo demás, los creyentes de Novgorod-Moscú se aferraban a un principio central que los hizo diferentes en su búsqueda final. Feodor Kurizin dijo una vez: “El alma es autocrática. La fe es su barrera protectora”. De este modo, en lugar de depender completamente del conocimiento humano, los reformadores rusos dependían de Dios y de las Escrituras como los árbitros finales de sus ideas.

La derrota del movimiento

A fines del siglo XV, las ideas y prácticas de la Reforma religiosa dentro del movimiento de Novgorod-Moscú se habían difundido por toda Rusia y eran observadas por todas las clases sociales. El hecho de que aun algunos miembros de la familia del zar habían aceptado las nuevas enseñanzas realmente perturbaba al clero ortodoxo. La iglesia oficial veía su poder claramente amenazado y decidió que debía actuar sin demora para salvarse a sí misma.

El primer enfoque fue la intriga, que adquirió fuerza por una coalición de intereses de algunas personalidades ambiciosas dentro de la iglesia y en diversos círculos políticos, aun en la misma corte real. Después que Iván III perdió a su esposa en 1467, se casó con Zoé, sobrina del último emperador bizantino, quien junto con su familia se había refugiado en Roma. Zoé había estado bajo la tutoría del Cardenal Bessarion. El cardenal vio en ella a una aliada potencial para colocar a Rusia bajo la influencia católica, y por medio de Rusia, liberar a su patria, Grecia, del imperio otomano (turco). Mediante un amigo mutuo, bien ubicado en Rusia, Bessarion propuso el casamiento de Zoé con Iván III. El zar se interesó en ella. Pronto el romance, el poder y la ambición eclesiástica se combinaron para transformar la intriga en un complot.

En la época en que Zoé llegó a Rusia, Moscú, Novgorod y otras ciudades estaban envueltas en un levantamiento religioso y la corte de Iván III se hallaba en una lucha de poder. El heredero, el joven Iván, enfermó en 1490; fue atendido por los médicos de Zoé, y murió. El evento abrió el camino para la persecución. Ese año se realizó el primero de los concilios de la iglesia donde se presentaron acusaciones contra el movimiento de Reforma tachándolo de herejía “judaizante”y lo anatematizaron. Pero estas acusaciones no tuvieron ningún efecto sobre el pueblo y el movimiento continuó creciendo. Entre tanto, Zoé maquinaba intrigas para que su propio hijo, Vasily (1479-1533), ocupara el trono. Para ello tenía que eliminar a Dimitry, el nieto de Iván III y heredero legal del trono. Dimitry estaba apoyado por el movimiento de Novgorod-Moscú porque era uno de ellos, y por ende, Zoé llegó a ser su enemiga y la principal actora en la lucha contra este movimiento.

En 1497 Vasily, el hijo de Zoé, se rebeló contra su padre a fin de asumir el trono, pero fracasó. En 1498 Iván III anunció que su nieto Dimitry lo sucedería en el trono de Rusia y lo instaló como el zar. El futuro de Rusia parecía seguro y prometedor, gozando de los beneficios de la libertad religiosa y de la iluminación. Sin embargo, la esperanza duró poco. Por medio de sobornos, complots, conspiraciones y calumnias, Zoé logró alejar el corazón de Iván de Dimitry y en 1502 Vasily fue declarado el heredero al trono. Dimitry y su madre, Helen, fueron encarcelados y cuando Iván murió en 1505 ambos fueron ejecutados.

El 27 de diciembre de 1504, Moscú fue testigo de la primera pira inquisitoria en Rusia. Iván Kurizin, Dimitry Konopliov, Iván Maksimov y otros, fueron encerrados en jaulas de madera y quemados. El anciano Iván III, su hijo el Zar Vasily, el Metropolitano Simón y otros obispos, y todo el concilio de la iglesia los habían acusado de judaizar y los habían sentenciado a muerte. Ese mismo invierno, Iván Rukavov, el archimandrita del monasterio de Yr’evsky, Kassian y su hermano Iván, Gridia Kvashnia, Dimitry Pustoselov y otros “herejes” menos conocidos fueron quemados en la hoguera a causa de sus creencias. Ellos habían estado en favor del nombramiento de Dimitry como el zar por derecho, y estuvieron presentes en el juicio de Vasily; pero ahora fueron condenados como criminales por sus creencias. Aun cuando el movimiento de Novgorod-Moscú sufrió fuertes pérdidas entre las clases altas, continuó siendo muy popular en las clases más bajas. En 1511, el Zar Vasily estuvo bajo presión para aumentar la persecución contra los “herejes”, con el fin de que no destruyeran a la Iglesia Ortodoxa en Rusia.

De este modo, los reformadores fueron expulsados del Kremlin. El partido de Zoé había triunfado. Iván III vivió sus últimos días chasqueado y murió en la oscuridad. Aun cuando la Inquisición en Rusia no alcanzó las mismas proporciones que en los países católicos, las plazas de las ciudades rusas a menudo fueron iluminadas por hogueras.

El progreso de Rusia hacia el protestantismo y la iluminación fue así detenido por intrigas políticas. La situación ayudó a establecer el absolutismo que surgía en las esferas sociales, políticas y religiosas del pueblo ruso. El reinado de Vasily (1505-1533) se caracterizó por su crueldad y el regreso a la ignorancia. Su hijo y sucesor Iván IV (1531-1584) llegó a ser un gobernante sangriento, que aterrorizó a Rusia, ganándose en la historia el infame título de Iván el Terrible. Pero aun durante su reinado, hubo personas en Rusia que continuaron siendo fieles a las enseñanzas de la Biblia, especialmente el sábado. El “Concilio de Cien Cabezas”, reunido en 1551 durante el reinado de Iván IV, adoptó una resolución que hasta hoy no ha sido anulada por la Iglesia Ortodoxa Rusa. Esta ordenanza afirma que la gente, además de adorar en domingo, también podía adorar en sábado dentro de los límites de la Iglesia Ortodoxa Rusa, una declaración que el concilio de la iglesia reconoció como autorizado por los Apóstoles Pedro y Pablo.14

La notable historia del movimiento de Reforma no es muy conocida en la Rusia de nuestros días. Ahora, con la caída del comunismo, es importante que la gente descubra la verdad que fue sepultada durante siglos debajo de capas de absolutismo, ceguera religiosa y autoritarismo. Aunque faltan muchos detalles en la historia de la Reforma rusa, se destaca claramente un hecho: el movimiento de la Reforma religiosa en Rusia en los siglos XV y XVI fue un movimiento autóctono, cuyas raíces penetran tan profundamente como la cristianización inicial de Rusia. El compromiso con la verdad bíblica, incluyendo el sábado, condujo al martirio a muchos héroes olvidados de la fe en Rusia; pero su valeroso ejemplo desafía aun hoy a los cristianos contemporáneos.

Oleg Zhigankov ha enseñado historia eclesiástica en el Seminario Teológico de Zaoksky, en Rusia, y está actualmente completando sus estudios doctorales en el mismo campo en la Universidad Andrews, en Berrien Springs, Michigan. Su dirección de e-mail es: oleg@andrews.edu

Notas y referencias

1.   Servitsky: “Opyt Issledovaniia Novgordskih Eretikov, ili ‘Zhidovstvuiushchih’ ” [Conclusión de la Investigación acerca de los Heréticos o “Judaizantes” de Novgorod], Pravoslavnoe Obozrenie (Moscú: julio 1862), pp. 303-304.

2.   A. I. Klibanov: History of Religious Sectarianism in Russia (1860-1917), E. Dunn, tr.; S. P. Dunn, ed. (Oxford: Pergamon Press, 1982), p. 39.

3.   E. H. Broadbent: The Pilgrim Church (New York: Fleming H. Revell Company, 1955), p. 323.

4.   Oleg Zhigankov: Eretiki, ili Liudi, Operedivshie Vremia [Heretics or Christians Ahead of Their Time?] (Zaoksky, Rusia: Istochnik Zhizni, 1996), p. 28.

5.   V. L. Ianin: Novgorodskie Posadniki [The Rulers of Novgorod] (Moscú: Moskovsky Gosudarstvenyi Universitet, 1962), p. 387.

6.   Buganov y Bogdanov: The Rebels in Russian Orthodox Church (Moscú: Politizdat, 1991), pp. 19-31.

7.   Id., p. 19-65.

8.   V. Botsianovsky: “Russkie Volnodumtsy” [Russian Free-Thinkers], Novoe Slovo (San Petersburgo, 1896) 12:171.

9.   Buganov y Bogdanov, p. 48.

10. A. I. Sobolevsky: Logika Zhidovstvuiushchih i Taina Tainyh [The Logic of the Judaizers and the Mystery of Mysteries] (San Petersburgo, 1899).

11. I. Volozky: The Instructor ( Moscú, 1994), pp. 44-45.

12. Un lugar popular de reuniones en una ciudad –semejante a la plaza de la ciudad griega— donde los ciudadanos se reunían para tratar asuntos importantes como la guerra, la paz, la elección de un gobernante, de un obispo u otros asuntos.

13. Pskovskaia I Letopis’: 1468-1470 [The Chronicles of Pskov, I: Years 1468-1470].

14. D. E. Kozhachnikov, ed.: Stoglav [One-Hundred-Head Council] (San Petersburgo: Tipografiia Imperatorskoi Akademy Nauk, 1863), pp. 270, 271.


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