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Los datos y su interpretación: Cómo diferenciarlos Elaine Kennedy Considera las siguientes declaraciones. Declaración 1: A es un ser humano. B es un gorila. Entre A y B hay muchas semejanzas, pero A tiene muchos atributos superiores en comparación con B. Declaración 2: Las semejanzas demuestran que ambos, A y B, tienen un origen común. Las superioridades sugieren que A evolucionó de B durante millones de años. Declaración 3: Las semejanzas demuestran que ambos, A y B, tienen un origen común: el Dios creador. Los atributos superiores de A demuestran que Dios eligió crear a los seres humanos a su propia imagen, lo que no sucedió con la creación de los animales. La declaración 1 consiste en suministrar datos que son observables, se pueden saber y están abiertos a la experiencia. Las declaraciones 2 y 3 son interpretaciones de los hechos, una por un evolucionista y la otra por un creacionista. Esta simple ilustración revela que el conocimiento o la información pueden dividirse en dos conceptos: datos e interpretación. Como los datos están sujetos a interpretaciones alternativas, los estudiantes e investigadores deben distinguir cuidadosamente entre la información que constituyen los datos reunidos, y la información derivada de los datos que se presenta como evidencia para apoyar una hipótesis. Los científicos se esfuerzan por ser lo más objetivos posible a este respecto, pero varios factores (prejuicios) influencian la selección e interpretación de los datos. La distinción entre datos e interpretación no es menos importante en el aula de ciencia de lo que es en el laboratorio de ciencia. La mayor dificultad con respecto al proceso de separar los datos de la interpretación está en el contexto de las tareas asignadas en los libros de texto. Los libros de texto son las principales fuentes de información en toda aula; sin embargo, en el aula de clase de ciencia la información que se provee con frecuencia es más interpretación que datos. Los estudiantes necesitan tener un entrenamiento temprano con respecto a la identificación de los datos en los ejercicios cuando usan libros de texto. El desarrollo de tales ejercicios requerirá un esfuerzo adicional de parte del docente, pero dará como resultado una acción más analítica de parte de los estudiantes y menos explicación de parte del docente a medida que la clase progresa. Reconociendo la diferencia ¿Qué son los datos? ¿Cuál es la diferencia entre datos e interpretación? Por definición, un dato es el antecedente necesario para llegar al conocimiento exacto de una cosa o para deducir las consecuencias legítimas de un hecho.1 Usualmente se considera que los datos observables son hechos inalterables, pero que pueden ser o no ser verdaderos. A medida que la tecnología y la ciencia progresan, los hechos serán descartados, modificados, o remplazados con nuevos datos. Por ejemplo, las medidas pueden constituir una base para la identificación, como ser una interpretación de un objeto o fenómeno. Frecuentemente se identifica a los fósiles de organismos extintos sobre la base de medidas de varias estructuras de las partes del cuerpo que han sido preservadas. La exactitud y precisión de las medidas tornan difícil la identificación correcta porque, como en el caso de muchas de las faunas conchíferas extintas, los científicos no saben si los organismos grandes, que tienen una estructura similar a la de los organismos pequeños, representan o no diferentes especies, géneros o etapas de desarrollo. Las identificaciones o cálculos reales no son datos sino interpretaciones. Gran parte de la controversia que existe en la literatura científica tiene su origen más bien en un problema significativo: interpretaciones hechas en base a datos limitados. Este punto necesita ser enfatizado en cada unidad o tema que se estudia en las aulas de ciencia. La complejidad de los datos y las interpretaciones Como una ilustración de la compleja interacción entre los datos y las interpretaciones, consideremos dos de los que se dan en el proceso de identificar simplemente rocas y minerales. Paso 1. Interpretaciones de las propiedades luminosas de los minerales. Las propiedades luminosas de los minerales se describen mediante el examen microscópico de una sección muy delgada de la roca (comúnmente designada como una sección delgada). Se usa la luz polarizada (ondas de luz que vibran solamente en un plano en particular) para conducir series de pruebas de las propiedades luminosas de cada mineral en la sección delgada. Estas pruebas proveen una base visual de datos de los patrones de transmisión de la luz. Los mineralogistas usan dichos patrones para determinar la composición mineral de la muestra. La identificación de los minerales es una interpretación basada en los datos de las propiedades luminosas. Paso 2. Determinación del tipo de roca. Se puede determinar el tipo de roca mediante el examen del contacto de un mineral con otro y midiendo la cantidad de cada mineral presente en cada uno de ellos. El geólogo que identifica la roca considera las identificaciones del mineral como datos, aún cuando la identificación de la roca en realidad es una interpretación de una interpretación. (El dato mineralógico fue determinado originalmente del dato de la propiedad luminosa.) El hecho es que el alcance de lo que constituye un dato es realmente bastante estrecho. ¿Precisamente cuán válida es la identificación? La identificación puede ser hecha usando comparaciones con patrones. Por ejemplo, tres secciones delgadas pueden tener la misma composición mineral pero los contactos entre los minerales pueden ser muy diferentes. Si los granos minerales están entrelazados, la roca es una roca ígnea. Si los granos minerales están alterados, deformados, alargados y alineados, es una roca metamórfica y los mismos minerales cementados juntos forman la roca sedimentaria. Cuando se definen bien los términos y procedimientos, la identificación es bastante fácil y relativamente confiable. Ya que los datos están limitados a lo que podemos medir u observar directamente, los docentes deben promover la habilidad de sus alumnos de interpretar los datos de manera que estos puedan elaborar conclusiones confiables. Una interpretación es una explicación, una manera de presentar la información en términos comprensibles. Las interpretaciones están limitadas por la disponibilidad de datos y por la tendencia del observador. Múltiples niveles de interpretación Existen varios niveles de interpretación. Por ejemplo, el nombre oolito no solamente identifica a un tipo de roca en particular, sino que también implica toda una historia de requisitos ambientales y condiciones de depósito para su formación. ¿Como puede adquirir un nombre tanta información interpretativa?
Por lo tanto, cuando se evalúa una investigación, debe tenerse en cuenta la marcada diferencia entre los datos y la interpretación. Los datos son medidas y observaciones reales. Las interpretaciones tratan de identificar o explicar lo que es medido y observado. La validez de una interpretación depende de cuán buena sea la correspondencia de la interpretación con los datos disponibles. Las interpretaciones cambiarán según cambie la base de datos. Esta interacción entre los datos y las interpretaciones es lo que causa el éxito y florecimiento de la ciencia. Parcialidad en la adquisición de datos Los científicos son conscientes que están sujetos al error y malentendido. Por lo tanto tratan de mantener una actitud de objetividad en la investigación.3 Esta lealtad a la objetividad ha creado una especie de aura alrededor de los científicos y, desafortunadamente, la ciencia ha desarrollado una imagen popular de infalibilidad. La gente prefiere creer que los científicos son objetivos y que tratan con absolutos. Algunos incluso piensan que cuando un científico saca una conclusión, todas las teorías que compiten son refutadas y las preguntas se resuelven. Debido a eso se desarrolló una falsa sensación de seguridad en la ciencia. Algunos científicos hacen poco para disipar esa imagen y para complicar las cosas, la comunidad científica ha adoptado la posición de que cualquier investigador que tiene una predisposición religiosa no es científico; por lo tanto, por definición, la ciencia creacionista no puede ser verdadera ciencia. Una actitud tal falla en reconocer sus propias predisposiciones.4 Pasamos a enumerar ciertas predisposiciones que influencian sobre la ciencia, algunas de las cuales son técnicas y otras son factores sutiles e inconscientes.
Consecuencias para la ciencia y la religión Cuando se llega a la junción de la ciencia y la religión, deben notarse varios puntos. Primero, no todos los datos se miden con exactitud y a veces es difícil diferenciar entre los datos y la interpretación. Desde luego, las interpretaciones múltiples y alternativas de cualquier base de datos no solamente son posibles sino que son también probables. La interpretación de datos puede ser muy compleja; sin embargo, en el desarrollo de las teorías, se prefiere usualmente el escenario más simple al más complejo. Segundo, en toda interpretación se hallan presentes predisposiciones, porque toda interpretación científica es subjetiva, por lo menos en parte. Tercero, necesitamos comprender la naturaleza de la ciencia y cómo trabaja el científico. La gente a veces se desanima porque las interpretaciones científicas cambian constantemente, de manera que no saben qué creer. Sin embargo, esa es la naturaleza de la ciencia; así es como avanza. Una vez que uno realmente comprende este aspecto de la ciencia, uno es renuente a basar creencias teológicas en datos específicos o en conceptos científicos. Cuarto, aunque la ciencia sea útil y provea información relevante, no debiera dictar la teología de nadie. Si se le permite a la ciencia dictar teología, entonces cada vez que la interpretación científica cambia, la teología debería ser alterada, sea que esa alteración es consistente con el sistema de creencias y experiencias de uno o no lo sea. Al mismo tiempo, la teología no debiera dictar la ciencia de nadie. Conceptos tales como la fijeza de las especies, basada en una teología personal sostenida por muchos en los siglos XVII y XVIII ,10 y la teoría de la tierra plana, son algunas de las ideas que contribuyeron al conflicto entre la ciencia y la teología. La Biblia puede suplir legítimas hipótesis de trabajo y limitaciones para la ciencia. De hecho, la Escritura como fuente de información sugiere vías de investigación que no serían consideradas por la mayoría de las personas no cristianas. Tal investigación debería reconocer toda parcialidad escrituraria que pueda estar presente y todos los datos deben ser evaluados equitativamente. Conclusiones Los científicos están completamente seguros que saben lo que están haciendo. Sin embargo, especialmente en el área de los orígenes, la ciencia sola no puede enjuiciar la completa base de datos porque la propuesta científica no considera la posibilidad de la participación sobrenatural en la naturaleza y en la historia de nuestro planeta. La mayoría de los científicos creen que hay conflictos irreconciliables entre la ciencia y la Escritura.11 Por ejemplo, Ayala afirma: Pretender que las declaraciones de Génesis son verdad científica es negar toda la evidencia.12 La evidencia no prueba ni una larga ni una corta historia de la vida. La evidencia disponible provee información muy limitada. Los datos no son el problema principal en reconciliar la ciencia y la Escritura. Es la interpretación de los datos la que presenta conflictos. También se ha dicho: No solamente es el presente la llave del pasado, sino que el presente es la llave del futuro.13 Ambos, el relato histórico de un diluvio universal y el relato profético de la segunda venida de Cristo proclaman la falsedad de ese concepto.14 Para los cristianos, la Biblia provee una fuente de información que sugiere que hay un camino mejor para abordar la ciencia. Desde esta perspectiva, se reconocerá cierta armonía entre la ciencia y la Escritura. De hecho, los cristianos esperan armonía porque ellos reconocen a Dios como el creador de la naturaleza y sus leyes científicas. Elaine Kennedy (Ph.D., University of Southern California) es geóloga, científica e investigadora del Geoscience Research Institute. Su dirección postal: 11060 Campus Street; Loma Linda, California, 92350; EE.UU. E-mail: ekennedy@univ.llu.edu. También puedes consultar el sitio web del Instituto: www.grisda.org Notas y referencias: 1. Real Academia: Diccionario de la lengua española, XXI edición, tomo 1. 2. Andrew D. Miall: Principles of Sedimentary Basin Analysis (New York: Springer-Verlag, 1984), p. 3. 3. Francisco Ayala: Robert McCormick Adams, Mary-Dell Chilton, Gerald Holton, Kumar Patel, Frank Press, Michael Ruse y Philip Sharp: On Being a Scientist (Washington, D.C.: National Academy of Sciences Press, 1989), p. 1. 4. Del Ratzsch: The Battle of Beginnings: Why Neither Side Is Winning the CreationEvolution Debate (Downers Grove, Illinois: InterVarsity Press, 1996), pp. 158-179. Ver también: Philip E. Johnson, Darwin on Trial (Downers Grove, Illinois: InterVarsity Press, 1991), pp. 6-12. 5. Ayala et al, p. 5. 6. Ibíd., pp. 5, 6. 7. Ibíd., p. 6. 8. C. M. R. Fowler: The Solid Earth: An Introduction to Global Geophysics (Cambridge University Press, 1998), p. 192. 9. Francisco J. Ayala y Bert Black: Science and the Courts, American Scientist 81 (1998): 230-239. 10. J. Browne: The Secular Ark (New Haven, Conn.: Yale University Press, 1983), pp. 21-23. 11. Colin Norman: Nobelists Unite Against Creation Science, Science 233 (1986): 935. 12. Ibíd., p. 935. 13. Alan Baharlou, 1978. Comunicación personal que expresa el sentimiento de James Hutton in 1788: Por lo tanto los resultados de nuestra indagación presente son que no encontramos vestigios del comienzo, ni posibilidades de un fin (de Transactions of the Royal Society of Edinburgh). 14. 2 Pedro 3:3 -10. |