Proselitismo responsable: Una declaración
interconfesional
Asociación Internacional de Libertad Religiosa
Conferencia de Expertos
Con el aumento de la globalización y las crecientes
luchas interreligiosas e ideológicas, ha llegado a ser imperativo
lograr una relación constructiva entre las religiones. Para tratar
con estos problemas, la Asociación Internacional de Libertad Religiosa
convocó varias reuniones y conferencias de expertos en los Estados
Unidos, el Reino Unido y España en 1999 y comienzos del 2000. En
estas conferencias se incluyeron representantes del cristianismo (ortodoxo,
católico y protestante), el islam y el judaísmo, y adoptaron
la siguiente declaración acerca de puntos de acuerdo específicos.
Preámbulo
La libertad de religión o de creencias es un
derecho humano básico. A pesar del sólido apoyo que le han
dado diversos instrumentos internacionales a los derechos universales
durante los últimos cincuenta años, comenzando con la Declaración
universal de los derechos humanos de 1948 e incluyendo el Pacto internacional
sobre derechos civiles y políticos de 1966, la Declaración
sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y de discriminación
basadas en la religión o las creencias de 1981, y la Declaración
de los derechos de las personas que pertenecen a minorías étnicas,
religiosas y lingüísticas de 1992, siguen ocurriendo numerosas
violaciones de este derecho, lo cual es de deplorar.
La libertad religiosa o de creencias incluye el derecho
de manifestar y comunicar la fe o las creencias personales a otros. Las
religiones tienen creencias que difieren en cuanto a cómo deben
diseminarse sus convicciones. El problema del “proselitismo”
o de lograr conversos afecta, inevitablemente, las relaciones entre las
religiones. El término “proselitismo” tiene diversos
significados y connotaciones. Para evitar ambigüedades, en este documento,
de aquí en adelante, no se lo usará.
Aceptando la creciente realidad del pluralismo religioso,
y con el propósito de fortalecer la libertad, la tolerancia, el
diálogo religioso, y el respeto por los derechos iguales para todos,
la Conferencia de Expertos sugiere los siguientes principios guiadores
con respecto a la diseminación responsable de la religión
o de la creencia. Estos principios tienen preferentemente un carácter
ético y proporcionan criterios para guiar a las personas y las
comunidades en sus relaciones mutuas. También tienen importancia
para las relaciones entre las comunidades religiosas y los Estados, pues
están basados en la dignidad de la persona humana y la libertad
que tiene cada uno de seguir la voz de su conciencia.
Los participantes en la conferencia están convencidos
de que el observar los siguientes principios guiadores será muy
valioso para fortalecer una cultura de paz, de cohesión social,
responsabilidad personal y colectiva, y el mantenimiento de los derechos
iguales para todos.
Además, esperan que todas las personas y comunidades
religiosas consideren estos principios a la luz de sus propias creencias
y prácticas, para aplicarlos a sí mismas, comprometiéndose
plenamente con el mandato divino y con los elevados ideales en los cuales
creen.
Principios
- Enseñar, manifestar y diseminar la religión o creencia
propia es un derecho humano establecido. Todos tiene el derecho de intentar
convencer a otros de la verdad de su creencia. Todos tienen el derecho
de adoptar o cambiar su religión o creencia sin coerción
y de acuerdo con los dictados de su conciencia.
- Conscientes de sus responsabilidades comunes, las comunidades religiosas
deberían cultivar relaciones mediante contactos y conversaciones,
manifestando sus convicciones con humildad, respeto y honestidad. El
diálogo debería reemplazar la confrontación. Al
testificar a otros, o al planificar una actividad misional, se requiere
tomar en cuenta la dignidad inviolable de las personas a quienes se
dirigen, la consideración de su historia, sus convicciones, su
estilo de vida y sus expresiones culturales.
- La religión, la fe o la creencia se disemina mejor cuando
el testimonio de la vida de una persona es coherente con el mensaje
anunciado, lo cual conduce a la libre aceptación por parte de
las personas a quienes se dirigió el mensaje.
- Al diseminar la fe o creencias, se debería ser veraz y justo
hacia las otras religiones y creencias. Esto requiere comparar los ideales
de la propia comunidad con los ideales de las otras comunidades, y no
con las supuestas fallas de los demás.
- En la diseminación de la religión o creencias, deberían
protegerse tanto los derechos de la mayoría como los de la minoría,
en armonía con los instrumentos internacionales de derechos humanos,
que condenan todas las formas de discriminación e intolerancia.
- Al referirse a otras comunidades religiosas o de creencias, se debería
usar una terminología respetuosa y no ofensiva.
- Las actividades sociales y humanitarias no deberían estar
ligadas con la diseminación de la fe o creencias de manera que
esto provoque la explotación de los miembros pobres o vulnerables
de la sociedad al ofrecer incentivos financieros o materiales con la
intención de inducir a las personas a mantener o cambiar su religión
o creencia.
- Aunque se reconoce el derecho de sostener y manifestar sus creencias
y convicciones religiosas, deberían evitarse las luchas interreligiosas,
el odio y la competencia religiosa antagónica, y éstas
deberían reemplazarse por el diálogo veraz y de respeto
mutuo.
- Ninguna persona debería hacer declaraciones falsas, a sabiendas,
con respecto a ningún aspecto de la religión de otra persona,
ni denigrar o ridiculizar sus creencias, prácticas u orígenes.
Siempre es deseable obtener información objetiva acerca de esas
religiones con el fin de evitar la difusión de juicios mal fundados
y prejuicios generalizados.
- La diseminación de la fe o creencia religiosa debería
respetar la libertad de la persona a quien se dirige para que pueda
elegir o rechazar una religión o creencia sin coerción
física o psicológica y no debería forzar a esa
persona a romper los lazos naturales con su familia, que es el componente
fundamental de la sociedad.
- Es inapropiado y debiera rechazarse valerse del poder político
o económico o facilitar su difusión con el pretexto de
diseminar la fe religiosa o creencia.
- Una diseminación responsable de la fe religiosa o creencia
debería aceptar la idea de que puede vigorizar la fe de la persona
o grupo a quien se dirige, o llevarlos a una elección libre y
sin restricciones para cambiar su afiliación religiosa.
- Recordando sus responsabilidades para el bien común de la
sociedad, las comunidades religiosas deberían, donde sea factible
y en armonía con sus convicciones, unirse en esfuerzos destinados
para mejorar la justicia, el bienestar y la paz entre los pueblos y
las naciones.
- Cuando surjan conflictos con respecto a la
diseminación de la religión o creencias, las comunidades
implicadas deberían comenzar un proceso de conciliación.
—Asociación Internacional de Libertad
Religiosa Conferencia de Expertos adoptada por consenso el 29 de enero
de 2000. Las Navas del Marqués, España
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